JESUCRISTO

Jesucristo es Dios Hijo, la segunda persona de la Trinidad. En la tierra, Jesús fue 100% Dios y 100% hombre. Es el único hombre que vivió una vida sin pecado. Fue nacido de una virgen, realizó milagros, murió en la cruz por la humanidad y por lo tanto expió (perdonó) nuestros pecados a través del derramamiento de Su sangre. Se levantó de entre los muertos al tercer día de acuerdo a las Escrituras, ascendió a la diestra del Padre, y regresará de nuevo en poder y gloria.

Juan 1:1,14, 20:28; 1 Timoteo 3:16; Isaías 9:6; Filipenses 2:5-6; 1 Timoteo 2:5

NACIMIENTO VIRGINAL

Jesucristo fue concebido por Dios el Padre, a través del Espíritu Santo (la tercera persona de la Trinidad) en el vientre de la virgen María; por tanto, Él es el Hijo de Dios.

Mateo 1; 18, 25; Lucas 1:35; Isaías 7:14; Lucas 1: 27-35

SALVACIÓN

Somos salvos por gracia por medio de la fe en Jesucristo: Su muerte, sepultura, y resurrección. La salvación es un don de Dios, no un resultado de nuestras buenas obras ni de ningún esfuerzo humano.

Efesios 2:8-9; Gálatas 2:16, Tito 3:5; Romanos 10: 9-10; Hechos 16:31; Hebreos 9:22

ARREPENTIMIENTO

El arrepentimiento es el compromiso hacia rechazar el pecado en cada área de nuestras vidas y seguir a Cristo, lo cual nos permite recibir Su redención y ser regenerados por el Espíritu Santo. Por tanto, a través del arrepentimiento recibimos el perdón por nuestros pecados y la salvación correspondiente.

Hechos 2:21, 3:19; 1 Juan 1:9

REDENCIÓN

El hombre fue creado bueno y justo, pero por su transgresión voluntaria cayó; su única esperanza de redención está en Jesucristo, el Hijo de Dios.

Gen. 1:26-31, 3:1-7; Romanos 5:12-21

SANTIFICACIÓN

La santificación es el proceso contínuo de ceder nuestra voluntad ante la Palabra de Dios y Su Espíritu para completar el desarrollo de la personalidad de Cristo en nosotros. Es a través del ministerio presente del Espíritu Santo y la Palabra de Dios que el cristiano es capáz de vivir una vida santa.

1 Tesalonicenses 4:3, 5: 23; 1 Corintios 3:18, 6:14, 2 Tesalonicenses 2:1-3, Romanos 8:29, 12:1-2, Hebreos 2:11

REGENERACIÓN

Para que cualquier persona conozca a Dios, la regeneración por el Espíritu Santo es absolutamente esencial.

Juan 6:44, 65; Mateo 19:28; Tito 3:5

LA SANGRE DE JESÚS

La Sangre que Jesús derramó en la Cruz del Calvario era sin pecado y 100% suficiente para lavar a la humanidad de todo pecado. Jesús se dispuso a recibir castigo por nuestra tendencia al pecado y por nuestros pecados, y de esa manera todos los que creen sean libertados de la pena del pecado, que es la muerte.

I Juan 1: 7: Apocalipsis 1: 5, 5: 9; Colosenses 1:20; Romanos 3: 10-12,32, 5: 9; Juan 1:29

JESUCRISTO HABITA EN TODOS LOS CREYENTES

Los cristianos son aquellas personas quienes han invitado al Señor Jesucristo a venir y habitar dentro de ellos por medio del Espíritu Santo. Ellos le entregaron la autoridad de sus vidas a Él, convirtiendo a Jesús en el Señor de sus vidas y también en su Salvador. Ellos pusieron su confianza en lo que Jesús hizo por ellos cuando murió, fue sepultado y resucitó de entre los muertos.

Juan 1:12, Juan 14:17, 23; Juan 15:4, Romanos 8:11; Apocalipsis 3:20

SANTA BIBLIA

La Santa Biblia, y sólo La Biblia, es la Palabra de Dios con autoridad. Solamente ella es la autoridad final en determinar todas las verdades doctrinales. En su escritura original, es inspirada, infalible e inerrante.

2 Timoteo 3:16; 2 Pedro 1:20-21; Proverbios 30:5; Romanos 16:25-26

TRINIDAD

Hay un solo Dios, existente por la eternidad en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Estos tres son co-iguales y co-eternos.

1 Juan 5:7; Génesis 1:26; Mateo 3:16-17, 28:19; Lucas 1:35; Isaías 9:6; Hebreos 3:7-11

ESPIRITU SANTO

Los dones del Espíritu Santo son para hoy. El Espíritu Santo está activo en la iglesia y en las vidas humanas. El bautismo del Espíritu Santo y los dones del Espíritu Santo están disponibles para traer poder y ánimo a cada creyente.

Juan 7:37-39, Juan 16:5-14, Hechos 2:1-13, 1 Corintios 12:4-11

LA IGLESIA

La iglesia es el Cuerpo de Cristo, la habitación de Dios a través del Espíritu, con responsabilidades divinas para el cumplimiento de la Gran Comisión de Jesús. Cada persona que nace del Espíritu es una parte integral de la iglesia como miembro del cuerpo de creyentes. Existe una unidad espiritual entre todos los creyentes en nuestro Señor Jesucristo.

Efesios 1:22, 2:19-22; Hebreos 12:23; Juan 17:11, 20-23